Un día complejo dividido en dos ciclos en lo que respecta al clima. Por un lado la organización definió una partida sin restricción de altura. Muchos de los pilotos aguardaron a realizar la partida tratando de subir por encima de los dos mil metros dado que la meteorología no era buena. Más tarde esto resultaría contraproducente dado que la meteorología mejoró notablemente y muchos pagaron el precio de la espera. El segundo ciclo climático fue bien definido, con calles de cúmulos sobre las colinas. A pesar de haberse postergarse los despegues por aproximadamente una hora, la competencia se desarrolló en forma normal excepto por la colisión de dos planeadores, uno del equipo Sueco y otro del equipo Checo. Ambos pilotos resultaron sin lesiones aunque con importantes roturas en sus respectivos planeadores. Santiago Demódena finalizó 32º sobre un total de 47 participantes luego de una jornada un tanto engañosa.
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