La radarización de los aeropuertos, la capacitación de los controladores y el reequipamiento para optimizar la operación y la seguridad son parte de la reorganización de los controles del transporte aerocomercial que inició el Gobierno nacional hace dos años al trasladarlos de la órbita militar a la civil.
"Estamos avanzando con el proyecto de radarización de los aeropuertos, para dar asistencia al tráfico aerocomercial en todo el país, con 22 radares diseñados y fabricados por la empresa nacional INVAP", indicó el titular de
El titular de
Para cubrir el espacio aéreo argentino se instalará, además, un nuevo Centro de Control de Área (ACC) en Comodoro Rivadavia para complementar con los ya existentes en Ezeiza, Córdoba, Resistencia y Mendoza, adelantó Granados. En 2010 se instalaron seis radares, ocho están previstos para el presente año y los ocho restantes en 2012.
"El lunes -en base a la resolución 833/11- se aprobó 95 millones de pesos para el pago -parcial- de radares, en cumplimiento del Plan del gobierno", indicó a Télam el director de Administración y Gestión, Rómulo Chiezza.
La reestructuración del control aéreo comenzó en 2007 cuando el ex presidente Néstor Kirchner, firmó el decreto 1770, de creación de
El organismo comenzó a operar en julio de 2009. El rol de los controladores es fundamental en la operación aérea, razón por la que
El límite de 30 años responde a que estos trabajadores no deberían estar en puestos operativos más allá de los 55 años, por las exigencias de la actividad. Hoy los 700 controladores en actividad tienen un promedio de 45 años y "se registra un déficit -reconoce Granados- de unas 350 personas por el congelamiento de vacantes que hubo".
Agregó que "el 80 por ciento del personal de controladores, que pertenecía a Fuerza Aérea pasó al escalafón civil", y el resto permanece con tareas pasivas. Por su parte, el director Nacional de Infraestructura Aeroportuaria, Fernando Jantus, explicó que la seguridad en la operación es otro de los desafíos a cumplir. "Compramos 14 autobombas, 900 mil dólares cada una, para distribuir en los aeropuertos del país", dijo Jantus.
Explicó que "durante la crisis de las cenizas se cerró Ezeiza, y hubo que derivar vuelos a Córdoba. Cuando éste colapsó -dijo- no se pudo utilizar el aeropuerto internacional de Resistencia (Chaco) porque no había autobombas y hubo que desviar a San Pablo", con la consabida pérdida económica para las aerolíneas. Jantus dijo que "cuando un avión vuelve a pista por un desperfecto o se recibe aviso de que llega uno en emergencia, las autobombas y ambulancias se alinean en la pista y lo siguen hasta que se detiene", de acuerdo a la normativa internacional vigente. Ezeiza, el aeropuerto de mayor movimiento del país con 200 vuelos diarios, cuenta hoy con cinco autobombas.
El Jefe de operaciones de Ezeiza, Juan Carbonari, mostró el funcionamiento de la torre del aeropuerto de
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